La propuesta realizada por Jorge de que cada uno de nosotros lleve a cabo una autoevaluación me parece una tarea interesante pero a su vez, una de las más difíciles que se me han planteado en mi etapa de estudiante y eso que mi etapa ya es muuuuuy larga. Interesante porque; la posibilidad de la autoevaluación desancla un poco esa postura sojuzgadora que tiene todo maestro y la convierte en un postura llena de expectativas positivas y, sobre todo, de interés y de comprensión. Tal y como dice Santos Guerra; “la autoevaluación es un proceso de autocrítica que genera unos hábitos enriquecedores de reflexión sobre la propia realidad”.
Este es un proceso reflexivo en el que cada sujeto es a la vez, observador y objeto de análisis, donde hay que defender con porqués contundentes lo que tú crees que te mereces sin prejuicios ni condiciones previas, de ahí que no apoye la idea de que junto a esta prueba se realice una prueba teórica, porque esta condicionaría seguramente la nota que yo después pudiera defender. Es así y lo es creo yo, por ser de esa escuela en la que todo se ha medido por notas, donde es un 7, un 4, un 5 o un 2 porque lo dice el profesor y no hay nada más que rascar, bueno alguna que otra décima pero poco más. Sé que si hay una prueba teórica puedo rebatir la nota que saque con pros o con contras, lo sé, pero eso es como ponerse una media y de ahí pendular hacia arriba o hacia abajo dependiendo de todo el trabajo realizado a lo largo del curso. Si hemos firmado ese “contrato” donde todos tenemos que autoevaluarnos; yo lo haré, me pondré una nota y la defenderé como nadie pero no quiero condiciones previas que juzguen mi posición de salida.