domingo, 14 de noviembre de 2010

¿Dónde está la casa de mi amigo?



¿Cómo crear "hombres de bien"? Es la pregunta planteada en la conversación que mantienen estos dos ancianos y que a mi me impactó cuando vi la peli.  El sentido de la disciplina y el respeto a la autoridad en una sociedad plagada de obligaciones que no son cosa de niños para esos niños y donde la educación recae sobre una madre más preocupada porque su hijo haga todas las tareas del hogar y finalmente estudie, provoca que esa pregunta no se pueda resolver y si se resuelve se hace por medio de palizas aunque éstas no sean necesarias. Aunque la primera obligación de estos niños es la educación, es lo que dice el maestro, esa obligación parece no ser prioritaria para los padres, ni para aquellos que abogan por ella, pues solo hay que recordar la última escena en la que el profesor corrige los deberes del día anterior y el protagonista ha hecho sus deberes y los del amigo y no se da cuenta de nada. Sólo le importa que los niños hagan sus deberes, es su obligación, nada más...  Con un profesorado que no es consciente de lo que cada niño trae consigo al llegar a la escuela, dificilmente ayudará a crear eso: "hombres de bien".

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